domingo, 12 de marzo de 2017
En el fogón de la lucha juvenil
Por: Kristian Cubillos Morales
“En
la marcha tesonera de los pueblos abundan los momentos históricos en
los cuales éstos requieren con urgencia de la participación combativa y
heroica de sus mejores hijos”
-Francisco Mosquera
Este
año 2011 se ha convertido en un año de gran trascendencia para la lucha
juvenil, a través de este año nos hemos dado cuenta como los jóvenes
han alzado la voz contra aquello que causa inconformidad y contra
aquello que no permite el progreso de la humanidad.
Este
año 2011, como diría el escritor Rubén Darío, la juventud se ha
convertido en el Divino Tesoro porque han defendido a capa y espada la
posibilidad de formar un nuevo planeta, la posibilidad de hacer un
cambio social donde ya no se establezca aquella vieja democracia donde
los derechos fundamentales, como la salud, la educación y el trabajo
quedan en mano de unos pocos pero gigantes grupos económicos, sino que
se establezca una nueva democracia donde los beneficiados de estos
derechos sean todos sin excepción pero tampoco sin ventajas de unos
sobre otros.
Ejemplo de estas luchas dirigidas por jóvenes son las siguientes:
A finales del año pasado y comienzos del presente se presentó la bien nombrada primavera árabe, detonada
por la juventud de Túnez y expandida por países como Egipto, Siria,
Yemen, Irak, Irán, y últimamente el triunfo de la movilización
patriótica en Libia, éstas luchas han tenido una implicación grande, ya
que han logrado la independencia de sus países, el derrocamiento y la
baja de mandatarios déspotas y de actitudes reaccionarias, que
sometieron a sus pueblos con leyes que ni representaban, ni satisfacían
las necesidades de sus pueblos; movilizaciones que finalmente
promovieron la construcción de un nuevo país. En estas movilizaciones
también jugaron un papel importante el Internet, junto con las redes
sociales (Facebook, twitter, etc.) que les sirvieron como método de
comunicación entre ellos, es decir, una forma de fomentar la UNIDAD.
Después, pero no menos importante, los jóvenes se preocupan por algo fundamental en su vida, la educación,
aquella formación que les permite hablar de futuro y de esperanza en la
construcción de una nueva sociedad. En primer término tenemos las protestas estudiantiles adelantadas en Londres, Inglaterra. Adelantadas contra el aumento del costo de las matrículas que superan las 9000 libras anuales.
América Latina también se une a estas movilizaciones por la educación, ejemplo magnífico han sido las movilizaciones en Chile,
personajes que luchan por una educación de calidad, gratuita, y
científica, es decir, una educación que satisfaga las necesidades del
país suramericano, más no las necesidades de otros, aquellos luchan
contra la desfinanciación de las universidades por parte del Estado.
Finalmente, un hecho coyuntural: la lucha estudiantil en Colombia, jóvenes
que empezaron su lucha contra la Reforma a la Ley 30, propuesta por el
presidente Juan Manuel Santos, argumentando que esta reforma proponía:
la desfinanciación y posterior privatización de las universidades
públicas con el ingreso del ánimo de lucro a las universidades. En el
caso de las universidades privadas, los problemas económicos de cada
estudiante que traerían consigo los créditos bancarios y con el ICETEX.
Todo esto dio la necesidad de crear una MESA AMPLIA NACIONAL ESTUDIANTIL
(MANE) como órgano de representación y decisión de los estudiantes.
Todas
estas movilizaciones no se olvidaron de la vinculación de todas las
masas, es decir compartieron sus ideas con los demás, permitiendo que
todo el pueblo, o por lo menos la mayoría, estuvieran junto a ellos en
sus luchas, y como hemos visto ha funcionado, la UNIDAD es el único
método posible para realizar grandes proyectos, no es hora ni del
dogmatismo ni del sectarismo, pero tampoco para las ambigüedades, estas
movilizaciones nos han enseñado que cuando la juventud se propone algo,
se necesita de templanza, seriedad y humildad.
Cada
uno los temas hasta ahora comentados, han sido tocados de manera
superficial, por eso semanalmente se publicará un escrito abordando cada
uno de los temas en específico, por lo pronto el próximo escrito,
respetando el orden nombrado anteriormente, será sobre la primavera
árabe. Pero mientras tanto: ¡ALZA TU VOZ! ¡Jóvenes por soberanía y
democracia!
lunes, 22 de agosto de 2016
Sobre el famoso metro elevado que sale más barato
Al
respecto hay que decir varias cosas. La primera es que no hay forma de
asegurar que el kilómetro de metro elevado sea en realidad mucho más
económico que el metro subterráneo. Así como inicialmente antes de tener
los estudios avanzados se creía que el
costo por kilómetro sería de 90 millones de dólares, el kilómetro de
metro elevado podría escalar hasta los 180 millones y no los 90
sugeridos. Mientras no exista un estudio certero al respecto todo es
especulación (carreta) [1].
La gestión predial es un punto vital en esta comparación, esta se refiere a la adquisición de predios necesarios para la construcción de la obra. Los metros elevados son económicos en ciudades con amplios corredores donde son pocos los predios que deben comprarse y el costo de estos es bajo, este no es el caso de Bogotá que es una metrópoli densa sin amplios espacios que recorran la ciudad. Para la construcción del metro elevado se requeriría comprar muchos más predios que para el subterráneo, adicionalmente se debe pagar las inmensas desvalorizaciones que provocan este tipo de estructuras elevadas en las edificaciones circundantes.
La compra masiva de predios es contraproducente, en promedio en Bogotá comprar los predios para una obra pública demora 2 años, un ejemplo es la ampliación de la calle 45, donde se pagaron 5000 millones de pesos por la construcción de la vía y casi 15000 por los predios, después de 2 años de intentar comprarlos (eran solo 25). Como si fuera poco la construcción del metro elevado no puede empezar hasta tener la gran mayoría de los predios adquiridos a diferencia del subterráneo por lo que el tiempo y dinero que podríamos ahorrar con la construcción elevada podríamos perderlos en la gestión predial.
Para disminuir costos entonces se podría caer en la tentación de cambiar el trazado actual que pasa por vías estrechas, la propuesta sugiere que pase por la Caracas, la autopista norte y buscar cambios en el trazado sur. Esto implicaría hacer nuevamente los estudios para constatar que sea viable, ya que por ejemplo en promedio la carrera 11 está más lejos de la autopista norte que la NQS de la Caracas y la realidad de estas últimas es muy diferente, esto sumado a lo ilógico de superponer en el mismo corredor dos sistemas de transporte masivo. Cambiar el recorrido del metro para bajar costos sin un estudio que compruebe la viabilidad e impactos del nuevo trazado es una improvisación inaceptable para un proyecto de esta envergadura. Una de las grandes críticas a los metros elevados es que con el fin de reducir costos no van por donde deben sino por donde pueden.
Tener que realizar los estudios previamente mencionados implica empezar prácticamente de cero y perder 7 años de avances que en el mejor de los casos tomarían más de 4 años como mínimo. Para cada estudio se debe: pedir recursos al concejo, preparar una licitación, adjudicarla, esperar que se realicen, someterlos a una validación y entonces avanzar a los estudios siguientes que deberán cumplir el mismo proceso. Las tres fases que se deben cumplir son los estudios de trazado y viabilidad, diseño e ingeniería avanzada y estructuración financiera.
Aún en el mejor de los casos el siguiente alcalde no podría llegar al punto actual en el que nos encontramos a pocos días de terminar la estructuración financiera, solo entre la apertura de una licitación y su adjudicación pueden transcurrir 6 meses, como la licitación que gano el consorcio Sener que realizo los estudios de trazado y viabilidad de la propuesta actual, estudios que demoraron 10 meses [2,3]. Además no se puede asegurar que en 4 años exista con otro presidente la voluntad política para realizar la obra.
En conclusión el metro elevado no es necesariamente mucho más barato y tampoco se puede poner en funcionamiento antes que el subterráneo; ya que dependerá de la gestión predial y la velocidad a la que avancen los estudios, sumado al tiempo de construcción. Si empezáramos el proceso el primero de Enero de 2016 el metro elevado empezaría a funcionar optimistamente en 2025 mientras el subterráneo en 2021.
Jaamiiton Rodriguez Mondragon
La gestión predial es un punto vital en esta comparación, esta se refiere a la adquisición de predios necesarios para la construcción de la obra. Los metros elevados son económicos en ciudades con amplios corredores donde son pocos los predios que deben comprarse y el costo de estos es bajo, este no es el caso de Bogotá que es una metrópoli densa sin amplios espacios que recorran la ciudad. Para la construcción del metro elevado se requeriría comprar muchos más predios que para el subterráneo, adicionalmente se debe pagar las inmensas desvalorizaciones que provocan este tipo de estructuras elevadas en las edificaciones circundantes.
La compra masiva de predios es contraproducente, en promedio en Bogotá comprar los predios para una obra pública demora 2 años, un ejemplo es la ampliación de la calle 45, donde se pagaron 5000 millones de pesos por la construcción de la vía y casi 15000 por los predios, después de 2 años de intentar comprarlos (eran solo 25). Como si fuera poco la construcción del metro elevado no puede empezar hasta tener la gran mayoría de los predios adquiridos a diferencia del subterráneo por lo que el tiempo y dinero que podríamos ahorrar con la construcción elevada podríamos perderlos en la gestión predial.
Para disminuir costos entonces se podría caer en la tentación de cambiar el trazado actual que pasa por vías estrechas, la propuesta sugiere que pase por la Caracas, la autopista norte y buscar cambios en el trazado sur. Esto implicaría hacer nuevamente los estudios para constatar que sea viable, ya que por ejemplo en promedio la carrera 11 está más lejos de la autopista norte que la NQS de la Caracas y la realidad de estas últimas es muy diferente, esto sumado a lo ilógico de superponer en el mismo corredor dos sistemas de transporte masivo. Cambiar el recorrido del metro para bajar costos sin un estudio que compruebe la viabilidad e impactos del nuevo trazado es una improvisación inaceptable para un proyecto de esta envergadura. Una de las grandes críticas a los metros elevados es que con el fin de reducir costos no van por donde deben sino por donde pueden.
Tener que realizar los estudios previamente mencionados implica empezar prácticamente de cero y perder 7 años de avances que en el mejor de los casos tomarían más de 4 años como mínimo. Para cada estudio se debe: pedir recursos al concejo, preparar una licitación, adjudicarla, esperar que se realicen, someterlos a una validación y entonces avanzar a los estudios siguientes que deberán cumplir el mismo proceso. Las tres fases que se deben cumplir son los estudios de trazado y viabilidad, diseño e ingeniería avanzada y estructuración financiera.
Aún en el mejor de los casos el siguiente alcalde no podría llegar al punto actual en el que nos encontramos a pocos días de terminar la estructuración financiera, solo entre la apertura de una licitación y su adjudicación pueden transcurrir 6 meses, como la licitación que gano el consorcio Sener que realizo los estudios de trazado y viabilidad de la propuesta actual, estudios que demoraron 10 meses [2,3]. Además no se puede asegurar que en 4 años exista con otro presidente la voluntad política para realizar la obra.
En conclusión el metro elevado no es necesariamente mucho más barato y tampoco se puede poner en funcionamiento antes que el subterráneo; ya que dependerá de la gestión predial y la velocidad a la que avancen los estudios, sumado al tiempo de construcción. Si empezáramos el proceso el primero de Enero de 2016 el metro elevado empezaría a funcionar optimistamente en 2025 mientras el subterráneo en 2021.
Jaamiiton Rodriguez Mondragon