domingo, 20 de noviembre de 2011

El movimiento estudiantil y el escenario local de la juventud

Escrito por:
Rodrigo Cruz H (director del programa ''Alza la voz')
Miembro del equipo 'Alza la Voz' 
Noviembre de 2011

La situación del movimiento estudiantil promueve muchas reflexiones. No es necesario repetir las innumerables ya hechas por diversos analistas, académicos y miembros del mismo movimiento, sino extrapolar las enseñanzas de aquel proceso social a otros campos. Por ejemplo, en nuestro habitual espacio radial se han dado debates controversiales relacionados con el proceso social de las organizaciones juveniles de orden local.

La principal diferencia que se puede resaltar es la naturaleza del movimiento. En el caso del movimiento estudiantil, es evidente el carácter de masas, gremial y nacional de la organización, que le permite afrontar un debate de calibre con el Gobierno Nacional, y lograr reversar una reforma de un tema de trascendencia como lo es el de la educación. Por otra parte, las organizaciones sociales juveniles en Bogotá han adoptado una dinámica diferente a la movilización de masas, y se han centrado en la participación y el activismo social soportado en lo institucional.

La experiencia del primer caso, que resultó del suspendido Paro Nacional Universitario se puede expresar en estos términos: es necesario contar con elementos de vanguardia y conformar un organismo director, que tenga representatividad, argumentos de peso y propósitos de unidad. El movimiento estudiantil acabó con años y años  de diferencias y desconfianzas, y logro comprender la necesidad de la amplitud y la unidad. A contramano, las diferencias y la desconfianza en la organización de orden local son patentes. La elecciones de Consejos Locales de Juventud para las organizaciones juveniles no representan mayor resultado en el proceso de activismo social, puesto que allí los resultados se miden en términos de ejecución de proyectos. Con ese rasero las organizaciones miden la gestión del CLJ, y justifican la necesidad de recibir más presupuesto local de parte de la administración.

Sin querer denigrar la importancia del presupuesto local para las organizaciones sociales -además en el marco de la embrollada descentralización administrativa-, estas diferencias se puede decir que han fragmentado la unidad de la juventud en el escenario local. Claramente la naturaleza de la organización local no es de masas, pero tampoco puede ser centrada en la autojustificación de la participación en el presupuesto local. Esto ha ocasionado mutua desconfianza, resaltada por la suspicacia partidista y la falta de relevo generacional.

El activismo en el escenario local debe cambiar de orientación. Es necesario articular con el escenario nacional el alcance de este activismo, acudiendo a la organización de masas, posible en una localidad de un millón de habitantes. El espacio natural de la juventud local es la institución educativa. Allí se debe centrar el proceso social, conformar un organismo de vanguardia y con amplitud, sobreponer el debate presupuestal autojustificativo por la importancia de la organización, y conformar un programa mínimo de la juventud en las localidades en Bogotá.

0 comentarios:

Publicar un comentario