domingo, 19 de mayo de 2013

LA EDUCACIÓN QUE SOÑAMOS

Fuente: bogota.gov.co
LA EDUCACIÓN QUE SOÑAMOS
Rodrigo Cruz H - Alza La Voz
Mayo de 2013

Bogotá es una ciudad joven. En el año 2007 la mitad de los habitantes de la ciudad contaban con menos de 28 años[1], y el rango entre 14 y 26 años representaba el 24% de la población. No obstante, según estudio[2] citado por IPES, IDPAC y ONU HÁBITAT, Bogotá ha surtido las cuatro fases de transición demográfica a lo largo de casi siete décadas, lo cual significa que disminuirá el crecimiento de la población joven y aumentará el de la población adulta. 

En otras palabras, lo que no se haga actualmente en materia de derechos juveniles, impactará a largo plazo en el desempeño general de la ciudad y el cumplimiento de los derechos básicos de toda la población.

En ese sentido, establecer una educación para los y las jóvenes de Bogotá y de la localidad de Suba, requiere una visión a futuro que tenga en cuenta los siguientes aspectos:

Combatir la deserción escolar en cualquiera de sus niveles

El Dane reportaba en 2007 que Bogotá presentaba casi 50% de inasistencia escolar, y que cerca del 80% de los y las jóvenes que han abandonado el sistema educativo lo han hecho antes de la básica secundaria y media. Esta problemática afecta principalmente a las localidades con mayor presencia de estratos populares 1 y 2, y tiene un impacto directo sobre los ingresos en la vida laboral.

El mismo estudio señala que 7 de cada 10 jóvenes ocupados de estrato 1 realizan su actividad en la informalidad, mientras menos de la mitad de los ocupados de estrato 6 trabajan en estas condiciones. Así mismo, la mitad de los trabajadores jóvenes de estrato 1 reciben menos de un salario mínimo, mientras menos de la cuarta parte de los de estrato 5 y 6 reciben esta remuneracion.

Una de las causas fundamentales de esta situación de desigualdad obedece a la deserción escolar, ya que existe una relación directa entre el máximo nivel escolar y los ingresos laborales. También cuenta en el futuro desempeño de la vida laboral de los jóvenes los antecedentes de educación en los padres, pues la relación también es proporcional.

De esta manera, resolver problemas de deserción es un asunto necesario para combatir la desigualdad que aqueja a los jóvenes bogotanos.

Promover la educación pública, gratuita, de calidad y al servicio del distrito

La política distrital de los últimos años en aumentar la cobertura de educación pública, tanto a nivel básico y medio como en el superior, permitió amortiguar el grave problema de deserción y de calidad en Bogotá, aunque no resolvió de fondo la situación, ya que aún en Bogotá prima la oferta privada sobre la pública. El estudio citado del año 2007 indica que la oferta privada de educación es del 54%, atendiendo en ese entonces a 441 mil jóvenes bogotanos, mientras 380 mil asisten a establecimientos oficiales. 

Omitiendo la discusión sobre la comparación en calidad de los tipos de establecimiento, la oferta de educación pública es la única forma de resolver la cobertura universal para los estratos populares en Bogotá. La razón es que los costos de la educación privada son altos para los jóvenes de dichos estratos, razón por la cual una educación sufragada por el Distrito y la Nación permitirán el acceso a la educación secundaria y superior. El 60% de los estudiantes que abandonan la educación lo hacen porque no les gusta o por factores económicos.

Recientemente se ha logrado aplacar la política privatizadora de la educación en básica y media, sin embargo subsisten métodos de privatización como los convenios con gestores privados, pues si bien los y las jóvenes tienen la oportunidad de estudiar a un costo casi comparable al de educacioń pública, se promueve la categorización y segregación de los estudiantes, y la calidad está a merced de los colegios privados que ejecutan el convenio. Eliminar los convenios gradualmente y no de tajo debe ser un objetivo para aumentar la oferta pública (pasando de subsidiar la demanda a subsidiar la oferta). Y de paso, combatir las formas de clientelismo que se han vuelto comunes en este tipo de educación.

En cuanto a educación superior, los y las jóvenes organizados de la localidad deben promover la educación pública, puesto que la deserción debe evitarse también en dicho nivel. Uno de los objetivos concretos debe ser la ubicación de una sede de la Universidad Distrital en la localidad, en tanto que actualmente esta universidad tiene una política de descentralización.

Organización y movilización por educación pública y gratuita

Los anteriores enunciados hacen parte de un objetivo supremo que busca solventar una de las problemáticas más graves de la ciudad: la desigualdad social y económica. Promover un frente amplio de organizaciones sociales civiles que adopte como consignas la educación pública, el acceso universal y la lucha contra la deserción es un objetivo primordial para hacer de Bogotá una ciudad más justa para jovenes, y que combata el monopolio privado que en el marco del TLC quiere promover la educación como  una mercancía, al servicio de las multinacionales.

[1] CASTAÑEDA, Alberto; GARCÍA, Jon; JARAMILLO, Fernando. “Garantía de Derechos o Violencia”, página 22. IPES, IDPAC, ONU HÁBITAT (2010). Ver www.onuhabitat.org
[2] Ibídem, página 21.

Twitter: @rodrigocruzhz

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